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No puedo vivir sin ti

Seamos claros desde el principio. Ante lo que te vas a enfrentar no es el mejor fotoreportaje del mundo pero quizás uno de lo más emotivos y sentimentales que un alumno de Fotoperiodismo puede hacer.  Ideas sangrientas, fotografías de infarto con una técnica perfectamente realizada. Pero, y ¿el sentimiento? Realmente, ¿es importante hacer unas fotografías de escándalo si no has disfrutado haciéndolas?

Yo creo que no. Y aquí está mi ejemplo.

Llevas muchos años. Demasiados. Enredados en mis manos y en mi pelo. ¿Pero puedo más? Claro que puedo y quiero más. De hecho, no puedo vivir sin ti. No concibo el día en el que tú no estés. Tampoco sé cómo hubiera sido mi vida sin todos esos consejos de madre madura y padre cabezón. A simple vista, esto puede parecer una declaración de amor de una joven de 21 años que ha encontrado el amor verdadero y lo refleja con estas palabras. Está usted muy equivocado. Y también lo estás tú.

Como recomendación de la autora, sugiero que le des al play mientras estés leyendo este proyecto. La letra, los sentimientos y las ganas de vivir fluirán sin que tú te des cuenta.

La canción “No puedo vivir sin ti”, del grupo madrileño “Los Ronaldos” sonó durante una larga temporada en las televisiones de todos los españoles. La empresa sueca de muebles Ikea, decidió utilizar esta canción para promocionar sus productos. ¿El resultado? Éxito asegurado. La melodía y la letra que tantas veces escuché en casa de mis abuelos hicieron que mi subconsciente saliera a luz y me pusiera a elaborar este fotoreportaje. Porque no puedo vivir sin ellos: Sin mis abuelos. Porque muchas veces tienes que toparte con la cruda realidad para darte cuenta que llegó el momento de homenajearlos, y que mejor manera que con esto. Gracias.

Un fotoreportaje elaborado por Esther Ramos San Pedro 

árbol genealógico

Un árbol es la vida. La vida somos nosotros mismos y la gente que nos rodea. Aquí está mi árbol. El de mi hermano. Y el de mis primos. Y el que me ha dado la vida que tengo. 

Familia San Pedro - Lozano

Pepe & Carmen

MºCarmen & Félix

Jose María & Conchi

Paquita

Demian & Esther

Mario & Iván

Familia Ramos - García

Félix & Pilar

Pilar & Martín

Félix Ángel & MºCarmen

Mercedes & Javier

Esperanza

Demian & Esther

Regina & Imanol

Andrea

el día que te diagnosticarón cáncer

Ellos son la Familia San Pedro & Lozano. Pepe San Pedro (78) y Carmen Lozano (80). Más de 50 años juntos aguantando el carácter del uno y del otro. Aunque les cueste reconocerlo, se quieren y mucho. 

Ambos son naturales de Tarazona (Zaragoza), y mi abuela se enamoró del más chulo del pueblo. Las cosas son así. El torero que desataba pasión allá por donde paseaba su capote, cautivo a una inocente y frágil Carmen.

Cuando les comente la idea de hacer un fotoreportaje, mi abuelo no dudó un segundo en ir al baño, coger un peine y peinar a mi abuela. A mi abuela no le gusta nada que le toquen el pelo. Aquí está el claro ejemplo de naturalidad y expresión de mi abuela. Sin embargo, accedió sin problemas. Quizás el hecho de que la persona que has amado toda tu vida esté sufriendo una dura enfermedad, hace que le consientas todo tipo de caprichos. 

 

Carmen (80) no duda ni un segundo en salir a la ventana si escucha algún ruido por la calle. En ese momento salió Ramón (el panadero del pueblo) con tortas de nuez recién hechas. El olor de las tortas hizo que mi abuela saliera a la ventana. Ya tiene el sentido del olfato desarrollado.

 

 

Desde la ventana, al estilo Romeo y Julieta, Carmen le encarga todos los días a Ramón las barras de pan y los dulces que le tiene que guardar. Esa es una de las ventajas de vivir en un pueblo. Todo el mundo de te conoce y la confianza entre los vecinos pasa muchas veces los límites de lo humano.

Carmen: -¡Ramón! Acuérdate de guardarme una torta de nuez para mi nieta.

Cuando te diagnostican cáncer, tu vida da un giro de 180 grados. Pero no solo a ti, sino a todas las personas que están a tu alrededor. Todo lo que supuestamente habías aprendido a lo largo de tu vida, desaparece. Esto es lo que le ha pasado a mi abuelo Pepe (78). Su carácter y su mal humor han sido su seña de identidad por donde iba.

 

Pero cuando tu cuerpo no puede aguantar todo lo que has vivido, termina explotando. Y eso es lo que le ha ocurrido. Vive al límite decían. No te arrepentirás. Quizás cuando llegas a una edad, lo único que te importa es estar con los tuyos y con los que siempre han estado apoyándote.  

Una llamada de teléfono puede cambiar tu vida. Pero lo más duro es cuando esa llamada se convierte en una operación y es una traqueotomía. Las vacaciones de Navidad estaban a la vuelta de la esquina y el espíritu navideño no es que fuera el más adecuado para celebrar la Navidad.

 

Por suerte, Pepe paso con nosotros y en casa las vacaciones de Navidad pero lo hizo ausente. Ausente porque quizás en su interior era consciente de que era la última vez que veía a todos sus nietos e hijos juntos. Ausente fue la despedida más dura que mi hermano tuvo con mis abuelos. Él lo sabía y ellos también. Hasta mi abuela me lo dijo días después: “Cuando Demian se fue tenía la misma cara que cuando se fue por primera vez a Valencia y dijo que no sabía cuando iba a volver”. Ausente porque su cuerpo se había transformado y tenía que acostumbrarse a tener un agujero en la garganta durante el resto de sus días. Ausente porque no quería relacionarse con nadie y porque su humor cada vez era más duro.

Lo tenemos todo.

Y no hemos tenido nada.

Pasamos hambre.

Fuimos pobres.

Comí pan negro.

Mi padre casi me adopta.

No quería perder a más hijas.

A mi madre la mataron.

La guerra le mato.

A ella y a mi hermana.

La vida es como un tren. 

No lo puedes perder

No pagamos ni la boda

Estas son algunas de las frases que mi abuela me ha recordado muchas veces. Cuando Carmen (78) tenía tan solo cuatro años, mi bisabuelo tomo la decisión más importante de su vida. Iba a adoptar a la pequeña de sus hijas a una familia en Bilbao. A cambio, esta familia ingresaría a Leon (mi bisabuelo) una cierta cantidad de dinero para que así ellas pudieran llevar mejor la post guerra. Carmen estaría feliz en Bilbao con su nueva familia.

Cuando estaba a punto de decir adiós, mi bisabuelo reaccionó. Cogió en volandas a mi abuela y la plantó en el suelo. No quería perder a más hijas y a más mujeres en su vida. Sabía que iban a sobrevivir. Y así lo hicieron. 

A base de pan negro, pero lo hicieron.

Ese traje de luces que tanto te gustaba. Ese cuadro tuyo que detrás de la puerta se esconde. Pero todo esto, vuestras vidas y las nuestras son gracias a todo lo que luchatéis en esos tiempos tan lejanos y pasados. Esos en los que estábais rebuscando por la basura. ¿Que curiososo, no? Ahora pasa lo mismo. Ahora os dáis cuenta que la sociedad no cambia. Lo único que cambia son las personas. Y vosotros lo habéis hecho. Tarde, pero lo habéis hecho.

todavía recuerdo la última vez que te vi...

Ellos son la familia Ramos - García. Mi abuelo Félix (8) y mi abuela Pilar (falleció en 2002) posarán alegremente en la salida de la Iglesia el día de su boda. Aquí fue dónde comenzó toda esta historia. 

Todavía recuerdo la última que te vi. Todavía recuerdo tu olor, tus abrazos y tu gran corazón. Ese corazón que no cabía en tu pecho y que decidió un día decir adiós. Todavía el momento. Tú en la cama. Rodeada de todos tus hijos y nietos. No podías más. Pero querías más. Querías seguir viviendo.

El día que murió mi abuela Pilar (28 de agosto de 2002) marcó un antes y un después en la historia de la Familia Ramos-García. Mi abuela Pilar , probablemente era la persona con el corazón más grande que una persona haya podido tener después de haber criado a cuatro hijos. Mi abuelo Félix, por el contrario, la tristeza al perder a su mujer se hizo al principio de la perdida pero poco a poco ha ido aprendiendo a vivir solo. Y lo ha hecho muy bien.

 

Cuando eres más pequeña, no aprecias los pequeños detalles de la gente de tu alrededor. Cuando murió mi abuela no sentí nada. No sientes nada y no eres consciente de que se ha ido y de que nunca va a volver. El cómo afrontas la muerte tendría que ser una asignatura obligatoria en el colegio, al igual de cómo se debe respetar a los mayores. Es curioso que uno de los olores que todavía tengo en la memoria sea el olor de la habitación del hospital y de las galletas Príncipe que tenía en el bolsillo de la chaqueta. Quizás sea desde aquel momento que no he vuelto a probar esas galletas. Todos sabíamos que te ibas a morir. Y te fuiste. Te fuiste el día del cumpleaños de tu nieto Demian, en plenas fiestas de Tarazona. Te fuiste para siempre, y eso conllevo una nueva etapa en nuestras vidas.

Siempre hubo tiempos mejores. Tiempos donde el reloj no existía en nuestras vidas. Donde éramos felices, en compañía. Pero la edad va avanzado, y siempre nos quedarán los recuerdos, las fotografías. Los abanicos de chocolate en la sala de estar. Siempre hubo tiempos mejores. Ahora para muchos no lo son, pero para nosotros lo son.

Ahora estás en paz yaya. Tu también lo estás abuelo. Vives en paz. Sin ningún tipo de problemas. Te levantas todos los días y tú única preocupación es si los tomates, las borrajas o las lechugas están en su sitio. También si tal vecino o tu amigo el del quinto está en el parque o en el bar para echar la partida. Si no lo está malo. Si lo está es bueno. Te subes a tu segundo hogar. (El primero está en Capuchinos) y el pastel del chorizo con el parte no pueden faltar. Duermes y duermes. Así todos los días. Estoy segura que el segundo nombre de la palabra "tranquilidad" tiene tu nombre. 

agradecimientos

Gracias a mis abuelos por hacer mucho más fácil este trabajo. Gracias a mis padres y a mi hermano. Cada día estoy más orgullosa de haber tenido unos padre como vosotros. Lo tuyo Demian, es diferente. Te debo toda mi vida. Gracias a mis tios, primos (Mercedes, Javier, Regina, Andrea, Conchi, José Mari, Paquita, Martín, Pili, Iván, Mario, Imanol y Esperanza) por todas esas fotos maravillosas que habéis podido sacar del fondo del armario. Esto es de todos. Porque sin todas estas fotografías y todas esas historias, este reportaje no habría salido nunca a la luz. GRACIAS

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